Pasar frío para aclararte la mente durante diez minutos, no duele.
Sentir su olor cerca de ti, y no poder pensar ni responder, porque deseas que ese momento se quede ahí para siempre.
Pasear por la calle y ver cómo sin sentido alguno sonríes al recordar la primera vez que os visteis. Cuando te dijo su nombre y se te grabó.
Pasan los días y te das cuenta de que se ha convertido en alguien especial. El problema, que vas perdiendo. Si, quizás se le llame debilidad, pero es cierto e intentas escapar..
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