No, me niego a que digas que lo nuestro es imposible, porque aquí lo único que sería imposible es estornudar sin cerrar los ojos, y aun así podría ser posible si me fuerzo los ojos con los dedos. No me jodas, y no me andes con tonterías, porque lo único que nos separa entre tú y yo, es la conjunción Y. No te atrevas a hacerte el valiente y menos el experto en imposibles porque aquí lo único imposible es no sonreír cuando estoy contigo, por mucho que me tapes la boca con ambas manos te sonreiré con los ojos y aunque no me mires de frente, se que lo haces de reojo, y luego me plagias la sonrisa. Dime qué sentido tiene llevar las cosas hasta.. unas alturas que no tienen final. Desde luego quieres envasarlo todo al vacío. Te advierto de una cosa mi corazón no se puede comprimir más, o lo sueltas o te explota en la cara. Te prohíbo terminantemente, que me hables de márgenes de seguridad porque entonces haré ojos ciegos y oidos sordos a tus señales, y múltame si quieres, poco me importa, pero eso sí, no te olvides de pasar por casa a cobrarte la factura en besos. No digas que lo nuestro es imposible, me niego y tampoco me digas que somos una causa perdida, Porque tu eres la única persona que aun dandola por perdida la busca hasta decir basta pero te aseguro que no estoy dispuesta a decir basta y si quieres hablar de imposibles, hablemos de imposibles. Y pidamos los imposible, hagamos lo imposible.
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