sábado, 18 de febrero de 2012

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Así que seguiré como los diamantes, en bruto, hasta que vengas a quitarme esta triste ansiedad, y poses tu risita de "niña salvaje recién salida de la selva", y compartamos de nuevo la juerga y el humo.
Hasta que el sudor hirviendo me limpie esta suciedad, y el mundo vuelva a ser eso que está allá afuera sin nosotros dentro.
Y entonces sí, hablaré con honestidad del sabor de la magia cada vez que me besas, de cómo el invierno se funde de miedo a tus pasos, y de que no existe la libertad sintigo cerca.
Pero hasta entonces, cariño,
piensa mal,
y aceptarás.

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