domingo, 25 de septiembre de 2011

:)

Un día me hicieron esta pregunta: ¿Porqué sonríes y eres feliz? Y yo, sin pensármelo dos veces respondí: Simplemente por ella. Porque ella supera cualquier acción triste o signo de llanto. Sonreír a su lado es sencillo, como quitarle el caramelo a un bebé. No necesito más motivos, sus besos ya responden por si solos, rozar sus labios y oír su corazón, cada pequeño latido dentro de algo grande, sus caricias, que decir, pues que me vuelven loca, literalmente. Sus pequeñas manías, aquellas que me enamoraron y nunca dejaron de hacerlo. Sus defectos, pocos pero defectos, pero que más da, la quiero igual y cuando la miro la veo perfecta ante mis ojos, todo virtudes. Sus abrazos, cálidos, sinceros y llenos de magia, sí, esa es la palabra, magia. Es que es verla y ya sonrío, me sale natural y no lo puedo remediar, en realidad tampoco quiero porque mi sonrisa es valiosa, tal vez no para todos pero si para ella. Igual de valiosa es su sonrisa. Sin ella yo no sonreiría, ni me levantaría con ganas de hacer cosas y con muchas fuerzas. Creo que, definitivamente es su sonrisa la que me hace sonreír a mí. Ver sus dientes y ese resplandor que emiten, ver como sus labios se hacen grandes y yo, ante ellos, me siento pequeña e indefensa, me gusta porque luego ella me abraza y me dice que en realidad no soy pequeña, soy enorme.

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