Te perdí a ti. Bueno, en realidad no sé a ciencia cierta si alguna vez llegué a tenerte. Te llevaste mi sueño y mis ganas de dormir. Y también, dejaste un hueco en mi cama y otro, para serte sincera, mucho mayor dentro de mí. Y pensé que jamás te lo llegaría a decir, pero no te imaginas cuánto duele.
Dicen que las personas a las que realmente has querido son las que con el tiempo se convierten en cicatrices. Y ya sabes que según el tiempo que haga, la cicatriz escuece más o menos. Y ahora, en este preciso momento, empieza a sangrar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario